Como proteger nuestras mascotas del invierno
En estos días las horas de luz son cada vez más escasas y la temperatura ya ha comenzado a descender. ¿Qué efectos pueden tener estos cambios en nuestras mascotas?
Qué precaución tomar contra el frío para las mascotas
Durante el mes de septiembre tomamos precauciones para evitar una serie de dolencias relacionadas con el frío que está por venir. Nuestros animales de compañía también necesitan de cierta supervisión para enfrentarse a determinadas situaciones que tienen lugar durante esta época.
El factor que más influencia tiene sobre el estado general de nuestros compañeros peludos es la luz. Los niveles de la misma, llamados fotoperiodos, son los responsables de los cambios más significativos operados en las mascotas. Entre estos cambios encotramos el celo, la muda o la hibernación. En función del tipo de animal con el que compartas tu vida, ya sea un perro, un gato, un reptil, etc., deberás aplicar una serie de recomendaciones.
Todos los animales pueden llegar a tener frío por esta razón es importante que sus necesidades estén cubiertas : por ejemplo un abrigo para un chiuaua o una bombilla de calor para una tortuga.
El ataque de los virus a nuestras mascotas en invierno
Durante los meses estivales, pulgas, garrapatas y mosquitos proliferan y suponen una amenaza para tu mascota. Sobre todo con un perro se corre peligro ya que, a diferencia de los gatos, éstos salen de casa. Por esa razon existe una mayor probabilidad de que los parásitos externos les ataquen. Sin duda, prevenir los males derivados de estos inquilinos sedientos de sangre es una tarea que comprende todo el año.
La leishmaniosis es una enfermedad transmitida por un mosquito. Esta patologia es muy frecuente en el verano que requiere de una prueba específica de detección en el otoño. A pesar de haber usado repelentes y otros métodos, debemos someter a nuestro perro a un análisis de sangre para asegurarnos. En el caso de que dé positivo actuar con rapidez es la clave para no tener daños a los organos irreparables.
Sin embargo en invierno se hacen más resistentes los virus ya que se encuentra un ambiente óptimo para que se desarrollen. Entre los virus más peligrosos encontramos el virus del moquillo canino, el parvo virus, el virus de la traqueobronquitis infecciosa canina ( comúnmente conocida como tos de las perreras) o coronavirus. Para evitar que tu perro o gato llegue débil a esta temporada de año es importante que :
- Esté vacunado frente a las enfermedades infecciosas más incidentes hoy en día registradas.
- Tenga un buen estado de salud a través de ejercicio físico diario y dieta de calidad, específica para sus necesidades.
- Tome suplementos para tener un sistema anti corporal fuerte capaz de enfrentarse a los virus del invierno.
La muda de las mascotas
Al margen de los peligros del frío, existen determinados cambios naturales derivados de la reducción de luz natural. Uno de los más notables es la muda. El otoño y la primavera son las estaciones en la que la caída de pelo es mayor. Tanto los perros y gatos se revisten de nuevo manto. El pelo más fino es para el verano y más grueso para el invierno.
Sin embargo, la domesticación ha modificado este procedimiento debido a la existencia de luz artificial, un hecho que provoca la muda de forma profusa durante todo el año. Para evitar la acumulación de pelo muerto y formacion bolas de pelo durante el acicalado, habrá que insistir en el cepillado.
Añadido a un buen cepillado diario podemos añadir la malta y ácidos grasos.
La malta evita el acumulo de pelo en el tracto gastrointestinal causando obstrucciones por pelos.
Los ácidos grasos son antiinflamatorios y potentes cicatrizantes naturales para la piel. En particular estos últimos ayudan la muda de tu peludo y le aporta nutrientes fundamentales en una etapa de mucho gasto energético como la muda.
El fenómeno de la muda también afecta a reptiles y aves.
Los reptiles mudan cada cuatro o seis semanas. Los cambios son menos frecuentes en otoño e invierno, ya que son las estaciones de menor crecimiento.
Los pájaros sueltan plumón a lo largo de todo el año, produciéndose la mayor renovación en otoño. Las plumas nuevas les permiten hacer frente a los rigores del invierno. Es importante que el cambio se produzca de forma natural y correcta. Por esta razón hay respetaremos su adecuada alimentación y no le cambiaremos de lugar con las primeras bajadas de temperatura. En este sentido, la jaula debe colocarse desde un principio en un lugar resguardado, no sólo del frío, sino también del calor. En el mercado existen soportes alimenticios para la muda de todos los animales, ya que es un gasto energético muy elevado.
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